Por Orlando J. Casares Contreras

Muchas de las ornamentaciones con las que se decoraban la piel estaban hechas con materiales provenientes de otras regiones, y así como en la actualidad, mientras más lejanos fueran o que requieran un mayor trabajo su extracción, su valor se incrementaba, por lo que su uso quedaba restringido a ciertas élites de gobernantes, sacerdotes y comerciantes, es decir, también cumplían con la función de identificar a los diferentes segmentos de la sociedad maya, su estatus social, religioso y de edad. En cualquiera de las variantes mencionadas, se practicaba indistintamente en hombre y mujeres.


Muchas de éstas prácticas también hacen referencia a rituales en los que perforarse la lengua era una forma de veneración a sus ancestros, tal cual lo indica las pinturas del cuarto 3 de Bonampak en donde se puede apreciar a varias mujeres de la corte en dicha actividad. Toda esta información ha sido posible gracias al trabajo de los arqueólogos, historiadores, epigrafistas y antropólogos sociales, quienes en sus investigaciones se han topado con los objetos encontrados en las excavaciones, en la pintura mural, en las inscripciones y en la piedra, así como en los documentos que realizaron los españoles para informar de tales prácticas a sus superiores, ya sea como una documentación de sus costumbres o con la intención de erradicarlas.
Es por eso que hoy en día, aunque por mucho tiempo fue una práctica que en nuestra región casi quedó en el olvido, se retoma por algunos grupos de personas y debido a la gran distancia temporal ha causado un gran alboroto en nuestra sociedad. Lo que nos indican estos hallazgos arqueológicos, constatados por la información histórica y etnográfica, es que en nuestra región ya se venían practicando por muchos siglos. Hoy en día, está práctica ha pasado a ser una muestra de identidad la cual con el tiempo se ha estado reivindicando, especialmente entre los jóvenes, especialmente aquellos interesados por imitar los objetos que en un remoto pasado fueron usados no sólo por los mayas, sino por todas las culturas de Mesoamérica.
Si te interesa saber y conocer más del tema, visita la colección del Museo Regional de Antropología “Palacio Cantón”, ahí encontrarás los objetos prehispánicos reales que fueron usados para el embellecimiento y prácticas rituales de los mayas prehispánicos.
Quiero agradecer a la restauradora del INAH Rocío Jiménez Díaz quién con su muy valiosa ayuda sugirió el tema y algunos de los puntos aquí mencionados.
Coe. Michaell
1991 Breaking the maya code. Thames and Hudson, New
York.
Landa, Fray Diego de
1966 Relación de las cosas de Yucatán. Maldonado Editores,
México.
Grube, Nikolai y Simon Martin
2001 Crónica de los reyes y reinas mayas. La primera
historia de las dinastías mayas. Edit. Planeta, México.
Sharer, Robert
2001 La civilización maya. Fondo de Cultura Económica,
México.
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